El Campo Grande de Valladolid se ha convertido en refugio de una pareja de águila calzada que, por segundo año consecutivo, ha elegido este céntrico parque para criar. Es un hecho insólito, repiten ubicación y, además, están en el casco urbano. Otro rasgo diferenciador es que este año han tenido tres polluelos, cuando lo habitual es uno o, como máximo, dos.