Museo de la Evolución Humana, en Burgos

Un paseo por el museo...

  • La visita comienza en el sótano, con una idea general de la sierra de Atapuerca
  • El recorrido termina en la planta más alta con un audiovisual

Fuencisla Criado / RTVCYL

Entrar en el Museo de la Evolución es adentrarse en la historia de nuestra especie. Recorrer sus cuatro plantas recuerda el paso del hombre por la Tierra y por Atapuerca. Por eso, es un espacio luminoso y diáfano en el que el conocimiento científico es capaz de provocar emociones en el visitante.

Amplio, diáfano y luminoso. Entrar en el Museo de la Evolución es como continuar en el exterior. La visita comienza en el sótano, con una idea general de la sierra de Atapuerca y su ecosistema narrando el camino de la excavación al laboratorio. Lugar preferente merecen los fósiles más emblemáticos, por primera vez expuestos juntos.

En el nivel cero, se plantea la evolución en términos biológicos. La selección natural, el sistema nervioso y la evolución en los últimos 7 millones de años mostrada en una impactante recreación. En la Planta 1 se explica el papel de las herramientas, el fuego, el lenguaje y otras adquisiciones humanas logradas en la prehistoria.

El recorrido termina en la planta más alta con un audiovisual que recrea los ecosistemas que influeron en el devenir humano hasta que éste dominó la naturaleza. Ciencia asequible y cercana, con una museografía de última generación. Todo pensado para que el espectador salga emocionado. Fuera, la evolución continúa.