PERIODISMO

Los mecanismos psicológicos que reducen el impacto de las imágenes de Gaza

Mecanismos cerebrales de defensa, la sobreinformación o la difusión de la responsabilidad son los factores que merman la atención que prestamos a lo que nos llega de esta tragedia

Rubén de Vicente

Las imágenes de masacre de Srebrenica en la guerra de Bosnia en 1995, la niña herida con napalm en la guerra de Vietnam o hace diez años la fotografía del niño Aylan muerto en una playa de Turquía causaron un enorme impacto social. Actualmente, el horror diario de Gaza no causa la misma conmoción. En parte ocurre por mecanismos psicológicos que hacen que tratemos de obviar esa información.

“Son mecanismos de defensa, al final lo que hacemos es protegernos. El ser humano de por sí intenta evitar el sufrimiento como parte de su supervivencia”, explica Belén Hernández, directora de InSight Psicología. Añade que se une la sensación de difusión de la responsabilidad: "Yo no puedo hacer nada con esto, yo no puedo gestionar esto, entonces ¿para qué voy a sufrir?". 

Hernández señala que además influye la percepción de cercanía con la víctima, tanto geográfica como sociocultural. “El impacto es mucho mayor, la gente se involucra mucho más porque eso que le está pasando a otra persona me podría estar pasando a mí, y esto que estamos viviendo ahora mismo no tenemos esta sensación, es algo muy lejano”, cuenta esta psicóloga sanitaria.

Cansancio informativo

Otro factor que hace que no prestemos tanta atención es el cansancio informativo, como nos cuenta el veterano fotoperiodista Fidel Raso, quien cubrió el conflicto palestino hace tres décadas.

"Tengo fotografías de la detención de un periodista y un niño herido con vendajes. Esas imágenes de hace treinta y tantos años las podría publicar hoy si no digo que son de hace treinta y tantos años", asegura Raso. "A la sociedad en general no le gusta ver imágenes de violencia y suele tener cansancio ante la visión de imágenes que se repiten".

Además, ha cambiado la forma en la que consumimos las imágenes. "Antes el espacio visual que se dedicaba a esas fotografías era mucho mayor, hablamos de páginas de periódico y pantallas completas de televisión". Vemos la mayoría en pantallas pequeñas y las redes sociales omiten aquello a lo que prestamos menos atención: "Las tendencias que no gustan suelen tratar de ir quitándoselas de encima", explica este periodista, que además ha retratado la caída del Muro de Berlín, la Primera guerra del Golfo o los años más duros del terrorismo de ETA.

La sobreinformación también influye. "La reacción emocional o el impacto emocional con tantas imágenes que vemos no va a ser la misma porque necesitamos procesar esa información y viendo tanto y habiendo tanta acumulación el impacto es menor", apunta Belén Hernández.

Estamos expuestos a unas 80.000 imágenes cada día, las que se calcula que una persona de hace un siglo veía en toda su vida.