En Haití, las consecuencias del terremoto y el cólera han pasado a un segundo plano desde que llegara al país el ex mandatario Jean Claude Duvalier. Muchos ven en él una oportunidad para que el país salga de la miseria y otros no olvidan que bajo su mandato se cometieron crímenes de Estado.
Duvalier ha tenido que comparecer durante varias horas ante el fiscal jefe de Puerto Príncipe, Aristidas Auguste. Le acusa de corrupción, robo y apropiación indebida de fondos públicos durante los 15 años que estuvo en el poder.
Tras el interrogatorio, escoltado y entre fuertes medidas de seguridad, 'Baby Doc', que es como así le conocen, se ha refugiado en el hotel de lujo donde reside desde que llegó a Haití.
En la calle, cada vez son más los que piensan que el ex mandatario ha venido para acabar con los problemas del país. "Le están imputando cargos a Duvalier, y lo que él hace es bueno para el país", asegura uno de sus incondicionales. Otro simpatizante afirma que "Duvalier no está aquí y estamos en la miseria".
Mientras, la comunidad internacional observa con incertidumbre la llegada del ex mandatario 25 años después."Los actuales políticos y los anteriores deben centrarse no en lo que es mejor para ellos sino en lo que es mejor para el pueblo de Haití", ha asegurado el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibas.
'Baby Doc' heredó el mando de su padre y dirigió el país con mano de hierro entre el 71 y el 86. Ambas fueron etapas negras para Haití, porque se calcula que 50.000 personas habrían sido ejecutadas por orden de sus gobiernos. Unas revueltas populares acabaron con el régimen de Duvalier hijo, que huyó del país. Ningún país intentó juzgarle. Su destino está ahora en manos de la justicia haitiana.