Haití nos deja muchas imágenes sobrecogedoras pero quizás las más impactantes sean las de los niños. La catástrofe se ha cebado con ellos. Son las vícitimas más vulnerables de una tragedia que les ha dejado en la calle y desprotegidos. El peligro ahora es que caigan en manos de redes de tráfico de menores.
Muchos han perdido a sus padres tras el terremoto. Hasta este orfanato de Puerto Príncipe llegan cada día nuevos niños. Los responsables del centro no dan abasto.
Los 200 huérfanos que vivían antes de la catástrofe en este otro hospicio de las afueras han sobrevivido. Con las instalaciones derruidas, ahora están prácticamente en la calle, refugiados en un antiguo patio, con el peligro que ello conlleva.
Ése es precisamente uno de los miedos, que los niños queden a merced de las redes de traficantes. Pero también que la agilización de las adopciones internacionales que pretenden algunos países como Estados Unidos, Francia, Bélgica u Holanda escondan secuestros encubiertos.
Desde UNICEF alertan que la prioridad por ahora es cuidar a los niños y que puedan reunirse con sus familias en el caso de que hayan sobrevivido. Y aunque vulnerables, los niños continúan ofreciéndonos imágenes de fortaleza.