La diseñadora burgalesa Amaya Arzuaga y los sombrereros vallisoletanos Pablo y Mayaya conquistaron al público de la Madrid Fashion Week con sus diferentes propuestas para vestir a la mujer el próximo otoño-invierno, que caminan desde la sobriedad al cabaret.
La modista de Burgos presentó en la pasarela madrileña su colección AA de Amaya Arzuaga, una línea urbana y comercial, a precios más asequibles, en la que juega con los volúmenes marcados y las estructuras de campana en una escueta paleta de colores con el negro como protagonista.
La modista vuelve a dejar su línea de alta costura para la pasarela de la moda de París, donde desfilará el próximo 2 de marzo. Será la tercera ocasión en que la diseñadora acuda a la cita parisina, un evento del que se considera incondicional.
Arzuaga vistió a sus modelos con vestidos de talle muy alto y forma acampanada con tirantes anchos, con tejidos de lana mezclados con seda y grandes tutús en las faldas, con largos hasta la rodilla, alejándose de las minifaldas de otros años. La diseñadora jugó con los descubiertos y las simetrías, con espaldas abiertas a la mitad que se alargaban en un brazo sin manga, frente a un cuello alto.
En la paleta de colores, siempre escueta, predominó el negro aunque también se pudieron ver algunos modelos en rojo, berenjena, gris claro o crudo. Todo ello sobre tejidos como la lana, seña de identidad de la casa, el mohair, la cabra, el cuero elástico, cashmere o la seda.
Arzuaga, experta en jugar con los volúmenes, se atrevió en esta ocasión con las estructuras acampanadas de vestidos y abrigos, sobre talles muy altos, para la selección de piezas cortas. Sin embargo, en la serie de vestidos largos prefirió marcar la silueta de la mujer, con ceñidos diseños hasta la rodilla, rotos por grandes tutús hasta los pies.
Ideas con las que la diseñadora burgalesa conquistó una vez más a los invitados a la pasarela madrileño y que son sólo el aperitivo de su primera línea, Amara Arzuaga, que presentará dentro de un mes en la cita parisina.
No fue la única representación castellano y leonesa que hoy conquistó la Madrid Fashion Week, los sombrereros Pablo y Mayaya repitieron desfile de la mano de Andrés Sardá, el maestro de la lencería que este año celebra sus 50 años de andadura profesional.
Sardá vistió a sus modelos de cabaret en tonos negros y rojos, jugando con las medias de red, lo que combinó a la perfección con los sombreros tipo gánster ideados por los sombrereros vallisoletanos. Tonos negros que saltaron a la arena, con conjuntos de lencería a juego de llamativos tocados de pluma, y volvieron al negro en los sombreros de estilo torero combinados con encajes o en chisteras al más puro estilo cabaret.