A los pies de la Catedral de Santiago, cientos de peregrinos hacen cola para cumplir con la tradición del año jacobeo, a pocas horas para el cierre de una puerta santa que no volverá a abrirse hasta 2021.
Ni la lluvia ni el frío desaniman a los últimos peregrinos de 2010. Las colas son interminables. Nadie quiere perderse la oportunidad de cruzar la puerta santa.