Castilla y León es una región con muchas variantes lingüísticas. Algunas de ellas son el lionés, el habla del Rebollar o la gacería, aunque hay muchas más. Lo cierto es que en nuestra comunidad conservamos gran parte de las lenguas de nuestros antepasados.
El lionés es una de las más antiguas. Lo podemos escuchar en zonas como los Argüellos, Babia, Laciana, el Bierzo o la Cabrera.
Pero hay más, otra la podemos encontrar en el Rebollar, provincia de Salamanca, donde utilizan palabras como: "matancia" o "facer".
Y en Cantalejo, Segovia, tienen su propia variante lingüística. La crearon los propios vecinos del pueblo para que los demás no se enterasen de los tratos que hacían. Incluso el principito fue traducido a esta jerga.
Estos son algunos de los registros de la lengua que podemos encontrar en Castilla y León. Todos ellos forman parte de lo que hoy día somos, por eso debemos cuidarlos: "Son nuestra riqueza, nuestro patrimonio. Es esa parte de nuestro pasado que es presente”, asegura Carmen Hernández, doctora en Filología Hispánica UVa.
Aunque lo cierto es que conservarlos es complicado. El paso del tiempo causa muchos estragos.
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