El rescate de los mineros de Chile se complica. Una de las máquinas perforadoras se ha roto y todavía nadie sabe si van a poder continuar excavando ese pozo. Los otros planes alternativos continúan, pero el ritmo de los trabajos está haciendo que la preocupación por los trabajadores atrapados aumente.
La llegada de más camiones a la mina San José lleva la esperanza a los familiares de los 33 mineros atrapados. Transportan lo necesario para montar en el exterior una sonda petrolera que cavará un tercer túnel. Previsiblemente, será la próxima semana cuando comience a agujerear la tierra.
La primera perforación sigue en marcha pero la segunda, precisamente, la más adelantada, ha tenido que ser suspendida. La broca de una de las máquinas se rompía tras alcanzar 268 metros de los casi 700 que tienen que ser excavados. "Efectivamente estamos en una condición de riesgo", reconoce el coordinador de la misión de rescate, René Aguilar, que aún no puede determinar si podrán seguir adelante con ese plan.
En el exterior, la preocupación por el ritmo de los trabajos aumenta. Pero no es el único contratiempo, las comunicaciones han sufrido problemas en las últimas horas.
En el interior de la mina, se dan pequeños avances. Han conseguido colocar luces para iluminar la estancia. Del exterior están recibiendo cigarrillos de forma controlada. También buenas dosis de apoyo cuando se cumple ya un mes y una semana de encierro.